Por Andrés Lobato

De manera sorpresiva, la cadena de valor del etanol recibió en los últimos días la noticia de una baja en el precio de su producto de un 22%. Con una elaboración anual de 600.000 metros cúbicos, el sector destina su producción al corte interno con naftas, que en la actualidad se ubica en el 12%. Esta cadena genera el 50% del volumen que consumen las petroleras, mientras que el porcentaje restante se obtiene a partir de la caña de azúcar.

Esta semana, integrantes de la cadena de valor de este biocombustible mantuvieron un encuentro con el Ministro de Energía de la Nación, Juan José Aranguren. Según pudo reconstruir delsector.com, en el encuentro se abordaron dos cuestiones centrales: precio de venta del bioetanol de maíz a las petroleras y un aumento en el porcentaje del corte con naftas,

Tras la rebaja anunciada a través del Boletín Oficial, el precio de venta de este insumo pasó de $13,60 el litro a unos $10.70. La disminución en el precio del bioetanol era un reclamo de larga data de las petroleras, y en este camino el Gobierno y los fabricantes mantenían reuniones desde hace medio año, para implementar desde 2018 una baja gradual de este precio.

En estos encuentros también se analizaba un plan para el sector, que incluía inversiones por 500 millones de dólares, que apuntaba a triplicar la capacidad operativa de estas fábricas. El anuncio del Gobierno fue un auténtico balde de agua fría para esta cadena de valor, que si bien esperaba una rebaja, pedía gradualidad en el proceso.

En el balance del encuentro queda como saldo a favor la posibilidad de un “retoque” en el valor del litro, y la chance de incrementar el porcentaje de corte con naftas. Si bien por ahora solo son proyecciones, la cadena de valor de este biocombustible salió del despacho de Aranguren con esperanzas de avanzar en esta dirección.

Otro frente a tener en cuenta para este sector son las negociaciones del bloque Mercosur con la Unión Europea. De cara al largo plazo, y con la posibilidad de generar un saldo exportable, la posibilidad de contar con un cupo europeo es una situación que seduce a este eslabón vinculado a la producción maicera.