La Mesa de Competitividad Lechera sigue sumando críticas, esta vez de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa. (CARBAP). El panorama post devaluación para el sector tambero es cada vez más acuciante. Con un 80% de sus costos de producción atados al dólar, las estimaciones privadas indican que el costo de litro de leche para estos productores se ubica sobre los 9 pesos, en un escenario de elevada inflación y una presión tributaria que no da respiro.
Desde el Gobierno vizualizan un panorama optimista, más allá de reconocer problemas estructurales. En el comunicado oficial elaborado tras la última reunión de este espacio, las autoridades nacionales destacaron que en el primer semestre de 2018, se percibió un aumento del precio pagado al productor, que en el mes junio alcanzó $6,75 por litro de leche, cifra que representa una suba intermensual del 7 ciento e interanual del 22 por ciento”.
“Cabe destacar que Agroindustria continúa trabajando en políticas públicas que ayudan a la cadena láctea a potenciar su competitividad”, se puede leer en unos de los párrafos del documento. Es evidente que en este punto conviven dos realidades. Por un lado, una dirección nacional de Lechería que no logra elaborar un diagnóstico acertado de esta situación, mientras en el otro extremo los productores empiezan a mostrar señales de hartazgo.
Ante esta situación, CARBAP sentó postura y expresó su “profunda preocupación y malestar ante la falta de respuestas concretas por parte de las autoridades sectoriales frente a la situación más crítica que en años enfrentan hoy los productores de leche”.
Los gremialistas destacaron las asimetrías que existen en el seno de la cadena comercial láctea, con una industria que se halla en posición dominante, un Estado que suma una presión impositiva que promedia el 40% y tamberos que reciben un precio por su materia prima muy por debajo de sus costos de producción. “Es hora de empezar a cambiar en serio, si es que de verdad interesa la lechería”, advirtieron desde CARBAP.