En 2024, el stock vacuno argentino cerró en 51,6 millones de cabezas, una cifra que en comparación al año previó, significa una caída del 2,2%. El dato se conoció a partir de un informe elaborado por la Secretaría de Agricultura y, además de evidenciar el estancamiento de la actividad -que no logra romper la barrera de las 50 millones de cabezas- ratificó que se trata del registro más bajo de los últimos 14 años.
La cifra más baja previa a la del año pasado es la de 2011, con 50,7 millones de cabezas; y el pico de los últimos años había sido 2018, con unas 55 millones. De todos modos, según se desprende de los datos oficiales, algunos índices productivos experimentaron leves mejoras, aunque no alcanzaron para revertir la tendencia negativa en el sector. Un caso evidente fue el apartado de terneros y terneras.
En este renglón, el destete creció en un año de 61,9% a 65,2%, que según la cartera agropecuaria superó el promedio de la serie 2007-2024 (61,9%) y es el segundo mejor tras el récord del 66,7% alcanzado en 2022. Pero a pesar de la mejora en un apartado sensible de la producción ganadera, los 14,6 millones de terneros y terneras registrados en 2024 son 82.000 menos en comparación con 2023.
Esto dejó en evidencia que el aumento en la tasa de destete no se tradujo en un mayor número de animales livianos. En el resto de las categorías la dinámica fue similar. En vientres hubo una reducción de 3% en el stock de vacas y vaquillonas, unas 800.000 cabezas, mientras que en machos se perdieron 185.000 novillitos (-3,9%) y 97.000 novillos, una caída de 4,1%.
Al momento de analizar la distribución de los stocks vacunos por provincia, Buenos Aires se ubicó en el escalón más alto del podio, con 19,4 millones de cabezas. El segundo lugar fue para Santa Fe, con 6 millones de cabezas y el tercer lugar para Corrientes, que con 4,5 millones de vacunos se ubicó apenas por encima de Córdoba y Entre Ríos, en ambos casos con 4,3 millones de cabezas.