En la recta final de 2024, el precio de la hacienda bovina se encuentra lejos de lo que se esperaba para esta época del año. Una serie de variables condiciona las cotizaciones, entre ellas la elevada disponibilidad de cabezas vacunas y un salario que corre por debajo de la inflación.
“La oferta de hacienda sigue siendo abundante para una demanda aún demasiado cauta”, resumieron desde el mercado ganadero de Rosario (Rosgan). En este punto, consideraron que si bien la exportación esta traccionando volúmenes importantes este año, sus números no son suficientes para que los precios aumenten en los remates.
Si bien todas las categorías se ven afectadas, esta situación es más visible en novillitos y vaquillonas, que en su gran mayoría se destina al consumo doméstico. Esto se puede corroborar con un repaso a los valores promedio que se registraron en el Mercado Agroganadero de Cañuelas (MAG) durante el transcurso del año.
En el caso de los novillos -con una inflación mayorista estimada en un 2% mensual – desde diciembre acumularon una pérdida del 19%. En livianos, -novillitos y vaquillonas- fue de 17% y 18%, respectivamente; en toros un 11% y en vacas un 10%.
Aun con una baja sustancial de la inflación en los últimos meses, el nivel de salarios sigue estando retrasado. Según el último dato publicado por el INDEC en agosto, el Índice de Salarios aumentó un 200,6% interanual, versus una inflación del 236,7% interanual.
Si bien desde el sector esperan un reacomodamiento en los precios, las señales son poco alentadoras. Por el lado de la oferta, la cantidad de hacienda que está llegando a faena sigue siendo elevada en relación a las proyecciones esperadas para este tramo del año.