Me voy a poner más en primera persona que de costumbre para escribir estas líneas.
Por estar desde hace varios años en el Mercado de Liniers siendo testigo y cronista de los remates de hacienda vacuna, naturalmente se van conociendo las fluctuaciones diarias de valores en función de varios factores que influyen en los mismos:
- Oferta y demanda
- Clase
- Calidad
- Terminación
- Plazo
Al momento de comenzar a planificar estos micros (1 año antes de poner el primero en pantalla) surgió la inquietud de conocer los valores “a la carne” de los ovinos y allí se dio la primera gran sorpresa… Salvo de Patagonia (dividido en regiones, relevado y analizado de modo efectivo por grandes referentes de INTA), no existían referencias diarias, ni semanales, ni mensuales, de otras regiones del país. Apenas se tenían registros esporádicos del MOBA (Mercado Ovino de Buenos Aires), por lo cual, el valor quedaba supeditado a lo que consideraban apropiado los pocos frigoríficos que se podían encontrar, teniendo en cuenta que por cuestiones de distancia y falta de opciones, las condiciones resultaban poco favorables para los vendedores, en otras palabras, la negociación no estaba de la mano de los productores para defender su labor.
Analizando lo aprendido en el Mercado de Liniers y los precios que informamos a diario del gordo al final de cada jornada, nos encontramos con una cuestión básica pero fundamental: La forma de cotizar a los animales que irían a faena.
El valor del gordo bovino se establece POR KILO, tipificado en diferentes categorías para diferenciar y, fundamentalmente, entender que NO TODO VALE LO MISMO.
Entonces, es total y absolutamente necesario brindar a los productores ovinos un sendero para un engorde profesional y se establezcan pautas claras para desarrollar un producto de calidad exportable a los mercados más exigentes, permitiéndoles defender su mercadería frente a los diferentes operadores. Del mismo modo, organizando la cadena, se dará lugar a nuevos jugadores que podrían colaborar a incrementar el consumo per cápita anual de carne ovina, en connivencia con una demanda que pudiera contar todo el año con el acceso a ese manjar que escasea principalmente entre abril y agosto.
En este micro abordamos la inquietud de la tipificación de las carcasas con una de las voces más autorizadas para tratar este tema con visión a futuro y participación en la elaboración de todos estos indicadores, los cuales darán luz a un camino a recorrer para que el sector crezca. Desde el INTA Valle Inferior, el Ing. Zoot. PhD Mauricio Álvarez, indicó el norte que, en realidad, de algún modo está en el Este, siendo Australia y Nueva Zelanda los grandes referentes y, sin dudarlo también, Uruguay.
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Javi Lauria
