Por Andrés Lobato

El Gobierno nacional formalizó a Ricardo Negri como nuevo presidente del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA). El nombramiento llega después de dos meses en el cual el organismo sanitario permaneció acéfalo, tras la llegada  de Luis Miguel Etchevehere al ministerio de Agroindustria, en reemplazo de Ricardo Buryaile.

Según el decreto 38/2018, firmado por el presidente Mauricio Macri y publicado hoy en el Boletín Oficial, la designación de Negri rige administrativamente a partir del 1° de diciembre pasado, con "rango y jerarquía de secretario de Estado”.

El nuevo titular de SENASA desembarca en medio de un escenario complejo. Desgastado por las luchas internas durante su paso por Agroindustria como secretario de Agricultura, enfrenta un panorama que incluye despidos y polémica por los controles sanitarios en el NEA y el centro argentino.

Los 130 despidos que se registraron en los últimos días afectaron a delegaciones del interior, y su impacto se percibe en el cese de controles sanitarios. Consultadas por delsector.com, fuentes del organismo sanitario manifestaron su preocupación ante la posibilidad del avance de enfermedades como HLB en la producción cítrica. “Además de levantarse barreras sanitarias, estos controles podrían pasar a manos privadas y el costo sería asumido por los productores”, señalaron,

Esta situación se produce en el marco del plan de reestructuración estatal encabezado por el ministerio de Modernización nacional, que incluye recortes de personal en un gran número de dependencias estatales. Un dato curioso es que en el caso de SENASA, contemplaba un aumento de personal, en concreto 634 agentes destinados a reforzar los controles sanitarios en puestos de frontera.

El Gobierno nacional comenzó el año con el Decreto 27/2018, que apunta a la “Desburocratización y Simplificación” del Estado, objetivo que constituye una de las premisas de Cambiemos. Este plan incluye al SENASA, y derogó 22 leyes que desde la perspectiva oficialista simplificarán trámites de índole sanitaria.

En el marco de una economía que exporta materias primas alimentarias por más de 35.000 millones de dólares, el SENASA es una pieza estratégica. Una falla en controles sanitarios implica la pérdida de mercados externos. Un claro ejemplo de esta situación es el brote de fiebre aftosa de 2001, que cerró las puertas a la carne argentina.

A tono con esta preocupación, desde ATE SENASA Capital Federal, la Unión Latinoamericana de Técnicos Rurales y la Gremial de Abogados de la República Argentina enviarán un documento a la FAO y a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en advirtiendo sobre esta situación.

Entre algunos de sus puntos, el documento aconseja sobre la “reducción de controles sanitarios específicos dependientes de las funciones de policía sanitaria del Estado argentino” y señalan sobre “posibles consecuencias que ponen en riesgo de vulnerabilidad sanitaria”, al referirse al cese de controles sanitarios.