Argentina cierra un año complejo en materia de comercialización de productos vinculados a la cadena agroindustrial. Las aristas más visibles de esta situación podemos encontrarlas en el complejo soja, de la mano de productos emblemáticos como el biodiésel y el aceite de soja.

El biodiésel tiene dos frentes de conflicto bien definidos. Por un lado, Estados Unidos cerró de manera definitiva el ingreso de este combustible por los próximos cinco años, más allá de las instancias que nuestro país puede presentar en tribunales internacionales. En el caso de Europa, se destrabó un conflicto de cuatro años de duración y si bien los fabricantes argentinos exportan a todo ritmo, es factible que en corto plazo los europeos vuelvan al terreno del litigio.

Con respecto al aceite de soja, existen rumores sobre una posible suba de aranceles a la importación de este subproducto. Ese país es el principal comprador, y en 2016 adquirió 2,8 millones de toneladas, un poco más del 50% del saldo exportable argentino. Si bien el Gobierno argentino no ha recibido una notificación oficial, la sola posibilidad de este escenario configura una hoja de ruta turbulenta para este sector.

En estos días se definirá también un acuerdo de Libre Comercio entre el bloque del Mercosur y la Unión Europea, en donde la carne bovina y el bioetanol tendrán un papel estelar. Mientras los cuatro países del bloque regional latinoamericano pidieron una cuota de 380.000 toneladas de carne, los europeos ofrecieron 70.000, y todo parece indicar que se definiría una cifra a mitad de camino entre esos dos números.

En este contexto, la XI Conferencia Ministerial de la OMC, que se lleva a cabo en la ciudad de Buenos Aires y se extenderá hasta el próximo 14 de diciembre, constituye una buena oportunidad para reposicionar la agenda agroalimentaria nacional. Con esta idea como norte, el gabinete de Agroindustria nacional participó en encuentros bilaterales con Filipinas y Sudáfrica.

En los encuentros participaron el ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, el jefe de Gabinete, Santiago del Solar Dorrego y el secretario de Agricultura, Guillermo Bernaudo. Junto al secretario de Agricultura filipino, Emmanuel Piñol, se repasaron temas de la agenda bilateral, sobre todo en el desarrollo nacional en genética vinculada

Filipinas es un mercado nuevo para la carne argentina, y durante el pasado mes de julio se realizó el primer envío a este destino, de 27 toneladas de cortes congelados sin hueso. El país del sudeste asiático es un importador neto de carne bovina, y durante 2016 efectuó compras por 115.000 toneladas con India, Australia y Estados Unidos como principales proveedores.

El jefe de Gabinete de la cartera agrícola nacional fue el anfitrión de Sudáfrica, y entre los principales temas abordados con el director general de Producción Agrícola, Salud y Seguridad alimentaria de ese país, Mooketsa Ramasodi, se destacó la importancia de avanzar hacia la profundización del acuerdo Mercosur- Unión Aduanera de África del Sur.

En la agenda bilateral se enfatizó en la creación de capacidades a través de la cooperación técnica, la relación entre los organismos sanitarios para avanzar en el control de enfermedades y protocolos sanitarios que habiliten un mayor comercio y la búsqueda de posiciones comunes en el tema pesca.