Llegó el momento de experimentar y compartir algunas sensaciones.
En esta ocasión, tuve la oportunidad de probar un queso semiduro, natural - es decir sin saborizar - de ovejas de raza Frisona, producido cerca de la localidad de Ranchos, en el partido de Gral. Paz, provincia de Buenos Aires, gentileza de El Poey.
Para probarlo mejor, consideré la posibilidad de armar una pequeña picada alrededor (maní, tomate cherry con aceite de oliva, jamón cocido, salamín picado fino y queso Gouda) y testear su sabor, tanto en forma aislada como combinada. Con el objetivo de romper un poco el salado, elegí una sidra para que se sumara a la mesa y destapé una 1930 (Del Valle), que supo amalgamar bien y abrir el juego de sabores.
Si bien no soy un gran experto en quesos, aunque no pueden faltar en mi heladera, debo decir que para mí el queso semiduro de oveja, tiene sabor y textura similares al tipo Reggianito, aunque con menor dureza. Queda muy bien combinado con jamón, con tomatitos cherry y hasta con el salamín.
Alternando con la sidra bien fría se enjuagan las papilas gustativas, lo que abre las puertas a la agradable posibilidad de seguir probando combinaciones sin que una invada los sabores de la siguiente.
Debo hacer una aclaración y salvedad: no soy sommelier de quesos ni mucho menos, apenas disfruto de los mismos como cualquier otra persona y me tomo la licencia de escribir unas líneas para compartir la experiencia.
De bebidas, teniendo en cuenta que no es un espacio propiamente dedicado a este rubro, tuve la suerte de trabajar varios años en coctelería y eso me da pie para hacer esta sugerencia.
Como propuesta inicial, recomiendo el queso “Pastor” semiduro de El Poey y me animaría a seguir probándolo en otro tipo de comidas.
Asignatura pendiente: probar las otras variedades que El Poey ya está elaborando (Axuri: queso cremoso; Makila: provoleta; Camembrie: queso madurado con mohos – todos ellos de pura leche de oveja – y las restantes variedades del semiduro (Pastor y Kaiku) que además del “natural” que describo en esta nota, se presentan saborizados con orégano, o con pimienta negra, o ají molido)
Ahora sí: brindo con ustedes y les agradezco la lectura de este humilde espacio.
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