Las repercusiones por la implementación del peso mínimo todavía no cesan, en una decisión que cuenta con detractores y defensores en ambos lados de la cadena bovina. En el ámbito de la Mesa de Carnes, la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA) siempre se mostró a favor de esta medida.
El vicepresidente de la entidad, Daniel Urcía, estimó que “la medida tiene como claro beneficiario al criador, sin él no hay ganadería e industria frigorífica”. El directivo explicó que desde FIFRA elaboraron estudios para sustentar su postura y en este sentido detalló que en los últimos cinco años, el 60% de la faena total está compuesta por categorías livianas.
“La faena de terneras es constante porque el productor no hace retención, no hay demanda para una vaquillona”, advirtió. Al mismo tiempo, agregó que “somos conscientes que sería mejor tener un mayor peso de los animales para la faena”.
Desde su perspectiva, a la hora de instrumentar el peso mínimo para hembras “la decisión del Gobierno fue intermedia, entre eliminar totalmente y hacer un intermedio para que no haya tanto ruido”